miércoles, 24 de julio de 2013

martes, 23 de julio de 2013

Redecorando baby-room

Ayer mismo, esperábamos con ilusión que vinieras a conocer tu habitación que mamá y papá habían preparado con todas las ganas y anhelo, que como buenos primerizos derrochábamos día a día.

Bonita, la habitación quedó bonita, para que negarlo. Sencilla, funcional y dulce. Así la veíamos entonces.

Pero lo funcional para nosotros, resultó no serlo tanto para ti. No pensábamos ni por un momento en que durmieses allí a tu llegada, eso ya llegaría... Pero no llegó. Tuvimos una preciosa mini-cuna en nuestra habitación, pegadita a nuestra cama, que usaste en contadas ocasiones (creo que con los dedos de las dos manos, alguno me sobraría seguro...), pero tú preferías dormir y mamar sobre el pecho de mamá, o como muy lejos, a mi lado en la cama.

La habitación ha tenido su uso, para qué lo vamos a negar. Hemos pasado largos ratos tomando tetita con musiquita relajante, vistiéndote, jugando... Pero nunca durmiendo.

Y en las últimas semanas, no he parado de darle vueltas a la cabeza, leyendo y leyendo sobre habitaciones, espacios adecuados al niño en el hogar, sobre métodos Montessori y alguna que otra teoría que nos muestra cómo podemos crear en nuestro propio hogar, espacios más preparados para el desarrollo saludable de la personalidad y social de nuestros peques. Espacios en los que todo está al alcance de su mano, en los que no hay peligros al jugar, al saltar, al dormir, al hacer lo que quiera y se le ocurra, que es de lo que se trata, para que desarrollen su creatividad e imaginación, mediante el juego.

He leído mucho en fantásticos blogs, páginas web, he adquirido el libro "Aprender y jugar con el Método Montessori" de Lesley Britton (un libro que nos ayuda a traer a casa y a nuestro día a día las ideas de esta forma de entender la infancia y la educación, que está ámpliamente documentada y demostrada como óptima para los niños), que devoro noche tras noche, mientras que papá y yo nos hemos puesto el mono de trabajo, y vamos transformando tu nuevo espacio.

Y no es que para redecorar una habitación se necesite hacer un máster sobre fantásticos métodos... que no es eso... Es que mami cuando un tema le interesa mucho, cada vez va a más, y a más, y a más..., y no tiene fin. Y de un libro voy a otro, y de una web a otra, y de un tema a otro, porque francamente, me maravilla como las observaciones y reflexiones de una señora, que crearon todo un método hace 100 años, siguen vigentes reafirmándose hoy en día, con nuevos estudios e investigaciones al respecto. Y es que esta señora, "¡tenía ojo! te lo digo yo..." ;-)

Prometo plasmar con mil fotos (bueno, con alguna menos...), el fin de nuestra creación. Ya está cerca.

Lo primero ha sido crearnos una SÚPERCAMAGIGANTE de 2.40 X 2, trayéndonos y atando en el sentido más literal de la palabra (con bridas) la camita de 90 cm a nuestra cama de 1,50 m, para dormir los tres más a pierna suelta que nunca. Y de ahí en adelante, las ideas corren, la imaginación fluye y el pasillo y escalera se llena y vacía de trastos a una velocidad vertiginosa. Y hasta mamá te está pintando una mesita que estoy segura te va a encantar.

Tú, con tus risas, tus saltos, tus juegos y tus caras de alegría, nos reafirmas con creces que vamos por el buen camino.

miércoles, 17 de julio de 2013

viernes, 12 de julio de 2013

La silla de pensar

¿Por qué no creo en las sillas/rincones/habitaciones de pensar?.

La silla de pensar es un método para castigar a los niños cuando estén llevando a cabo una conducta que nos parece inadecuada, que consiste en apartarle de la escena y sentarle en una sillita para que piense y reflexione sobre lo que ha hecho (en realidad sobre lo mal que lo ha hecho...). No deja de ser una variación con nombre más exótico y molón del clásico "time out o tiempo fuera", que no es otra cosa que retirar al niño del lugar en el que se encuentra cuando se "está portando mal" y tenerle en otro lugar durante unos minutos, que según lo establecido, (por algunos psicólogos que no piensan como yo...), ha de ser 1 minuto por cada año de edad.
Creo que esta entrada la empezaré por el final, por decir que la conclusión es que me parece cruel, humillante, ruín y de la mínima empatía, apartar a un niño indefenso, por el artículo 33 (por muchas explicaciones y razones que le des) cuando NOSOTROS creemos que se ha equivocado o que ha actuado mal.

Hace no mucho oí a una mamá como contaba que a su hijo de dos años le habían pegado en el cole y que la cuidadora le había dicho que son cosas que pasan a esa edad, y que al otro niño lo habían enviado a la "sillita de pensar", pero claro no había que olvidar que sólo tenía 20 meses...


En fin, mis ojos un día van a salirse del lugar que ocupan, de tantas y tantas aberraciones
que oigo y presencio.



Y el motivo de que me ha llevado a escribir sobre esto es que, aunque a la pequeñina le queda aún un curso más en la guarde, últimamente no sé muy bien por qué, me planteo muchas veces cómo va a ser el cole de Paula después de esta etapa, qué tal se adaptará al cambio, qué tipo de enseñanza les darán, cómo resolverá su profesora determinadas situaciones o conflictos, etc.

Por fortuna no lo utilizan en la clase de mi hija. Me consta que cuando algún niño pega, muerde o en definitiva molesta a los demás, lo apartan directamente de ese otro niño o del juego en ese momento. Limando un poco las formas, lo prefiero así. Me parece más adecuado no permitir, en el sentido más físico de la palabra, que un niño pegue a los demás, (y sí, no permitir aunque esto signifique que te tengas que poner en medio a modo de parapeto y simplemente digas, "No, eso no está permitido") que mandarlo a pensar en no sé qué narices creen que va a pensar en una silla y apartado.

Y dicho esto, ahora sí, diré las razones por las que esta práctica me parece una mala idea. Seguro que hay tantos motivos para no usarla, como personas en el mundo estén en desacuerdo. Todas ellas igual de buenas, seguro. Las mías, desde un punto de vista personal y también como psicóloga (...porque hay más psicología infantil después de Super Nanny...) son estas:

- ¿Por qué entrar en valoraciones?. ¿Por qué dejarle sólo pensando que algo está mal, si a lo mejor para el niño está perfecto?. Pegar, tirar un jarrón y romperlo, sacar las cosas de los armarios, son conductas que a casi todos nos pueden parecer que "están mal" o son inadecuadas. ¿Seguro?... Si logramos ponernos por un momento en la mente de ese niño, seguro nos podría dar mil y una razones por las que esas conductas están requetebien!. Mejor mostrarle y enseñarle poco a poco las consecuencias de sus actos, y las cosas que en determinados contextos no debería hacer porque pueden molestar a otros.

- ¿Castigado a pensar?... Esto no merece ni comentario. Reflexionar, pensar, valorar, NUNCA debería ser un castigo.

- Cuando se sienten en la silla, rincón o habitación de aislamiento a pensar, ¿de verdad a alguna mente inteligente se le ha ocurrido que van a reflexionar sobre su conducta y lo mal que han actuado, y se levantarán convendidos de que no deben volver a actuar así?... Es muy inocente creer que el niño va a pensar en positivo él solito. Yo creo que muy al contrario, su cabreo se acrecentará, tendrá rabia contenida, enfado, y los pensamientos que llegan a la mente bajo esos estados no suelen ser muy buenos...

- Lo más normal es que generemos tristeza y frusración en el niño. Sensación de abandono, de incomprensión y de ser juzgado. Yo al menos, no es lo que quiero que mi hija sienta, por muy mal que se haya comportado.

- El castigo no enseña nada bueno, no es ninguna lección en sí mismo. Castigan las personas que se encuentran en una posición de superioridad sobre otras, ya sea física o emocional. Así que lo que estamos dejando claro forzándoles a sentarse a pensar, es que nuestra posición con respecto a ellos es de superioridad, que nos deben obedecer sin cuestionar, y que no importa lo que piensen, siempre que actúen como a nosotros nos gusta.

- El camino a seguir ante una conducta inadecuada, creo que debe ser de acompañamiento, de diálogo, de comprensión y apoyo. Somos sus acompañantes y cuidadores, no sus jueces.

- Aunque la técnica funcione, no dejarán de hacer lo que sea que haya generado el castigo porque piensen que está mal, o que las consecuencias no son deseables, muy lejos de esto, dejarán de hacerlo por miedo al castigo, y por evitar ese mal rato. Una vez más, no estamos enseñando nada.

- Encuentro un riesgo bastante grande en educar a los niños bajo un sistema de recompensas y castigos, (ya hablé de ello aquí), y es que no estamos fomentando el desarrollo de la responsabilidad. No les hacemos responsables de sus conductas, somos nosotros en último término los que dirigimos qué hacer y qué no hacer. Y esto, me parece sumamente contraprudecente si queremos que se conviertan en adultos responsables de sus actos y consecuentes.

Es más fácil y rápido corregir, enseñar mediante el castigo y los premios, modificando poco a poco la conducta y personalidad que los niños van mostrando. Pero, sin duda, a mi me parece que vale la pena invertir tiempo (mucho tiempo, es cierto), ilusión, y fuerzas en enseñar y educar desde la libertad, desde el diálogo, desde el ejemplo, acompañando en todos los momentos con empatía, teniendo siempre en cuenta el momento de desarrollo en el que se encuentre el niño, valorando hasta dónde le podemos pedir, hasta dónde pueden llegar a comprender. En un futuro todo ese amor y comprensión estoy segura que dará sus frutos. Y entonces vendrá el tiempo de cosecha, el tiempo de recoger todo ese amor y empatía.



miércoles, 10 de julio de 2013

Miércoles Mudo: Mis deditos arrugados.



Burbujita alucina al ver sus deditos arrugados .
!Es lo que pasa cuando no quieres salir de la piscina, Paula! :)






viernes, 5 de julio de 2013

El mar, San Juan, un aniversario y un cumple...

Ya se ha convertido casi casi en un clásico... Los últimos días de Junio, con la excusa de tener muchas cosas que celebrar y por ser unos días perfectos en cuanto a temperatura y gente en las playas se refiere, aterrizamos allá por La Vila Joiosa y pasamos unos días de relax y playita estupendos.

Este año,  con la pequeñita, han sido si cabe, mejores aún. Nos has regalado unos días llenos de risas, juegos, castillos de arena y chapoteos en el agua.

Se nota que has disfrutado, y nosotros contigo. Gracias por enseñarnos tanto, por demostrarnos y hacer que no olvidemos lo que verdaderamente importa, lo bonito y placentero de las pequeñas cosas...


De una tarde en el parque con el tobogán.

















De deleitarse mirando una gran luna en la noche de San Juan al calor de las primeras hogueras.

















De un chocolate con churros a media tarde.






De una buena sesión de saltos en la cama gigante.


De un baño refrescante con mamá, disfrutando de la brisa a la orillita del mar.











De una buena comilona en la mejor compañía.





Del cosquilleo al sentir la arenita en nuestros pies.




De la celebración del cumple de papá... ¡Nos ponemos guapas y nos vamos de paseo nocturno por Altea!








Fotografía



 Disfrutarse mamá, papá y la gordi 24 horas al día no tiene precio! ¡FELIZ CUMPLEAÑOS PAPI!            










 Un gran baño en la pisci de mayores!



Y tantos y tantos momentos...


Ha sido emocionante, intenso y agotador para ti mi niña, con tantas emociones...


Cada día aprendo de ti, y contigo Paula. Me enseñas a no olvidar que hay que disfrutar a tope cada momento, cada segundo y en cualquier lugar.

En tu compañía las vacaciones han adquirido otro sentido, y has hecho que papá y yo nos repitamos sin cesar, que todo esfuerzo merece la pena. Pero tú, con tu alegría y el entusiasmo que le pones a tus días y a cada cosa que haces y que descubres, nos muestras que sólo necesitas de nosotros a tu lado para ser feliz y crecer con esa gran sonrisa.

Gracias mi amor, por enseñarnos tanto y por la ilusión y alegría de la que contagias a todo el que está a tu lado.

miércoles, 3 de julio de 2013

ESTO