jueves, 19 de julio de 2012

Pa, pa, pa, pa...

Paula ya lleva bastante tiempo balbuceando como loca y hace poco más de un mes que parece responder cuando oye su nombre. Creo que ya sabe que cuando decimos Paula nos referimos a ella... porque cuando le llamamos por su nombre nos mira y sonríe. Aunque también muchas veces le llamamos "bebé" o "gordi" o incluso "Pauliquiqui"... je je je.

Desde aproximadamente los dos meses, los bebés empiezan a darse cuenta que esos ruiditos y gorgojeos que oyen de vez en cuando, ¡los emiten ellos mismos! Y comienzan a interactuar y a jugar con ellos. Llegan los ajos, y sonidos sobre todo vocálicos. Recuerdo los primeros ajos de la gordita! Qué delicia... Hasta logramos una vez cazar uno en vídeo...

Es bueno y muy divertido hablarles, responder a sus sonidos, cantarles, y jugar con los sonidos y las palabras. Son los inicios de la comunicación. Además para ellos es la manera de aprender el lenguaje, y no sólo el lenguaje, casi todo en general. Emiten un sonido o una conducta y ven nuestras reacciones y las del entorno, y dependiendo de las consecuencias, actuarán de una manera u otra en el futuro. Es lo que se llama aprendizaje por ensayo y error.

Digo por casualidad: "ga...", y mamá se ríe, acerca su cara a la nuestra, nos besa, y repite una y otra vez, "ga, ga, ga... ajooo". ¡Qué divertido!, ¡Uy!, me ha salido otra vez ese sonido parecido a "ga"! Y a mami parece que le encanta!, se pone como loca de contenta y nos besa y abraza y hasta parece que canta... ¡Qué diver...!

A partir de los seis meses ya es otro cantar... Empiezan a tomar más control de su aparato fonador o del habla y comienzan a repetir sus ruiditos, a emitir sílabas con consonante y vocal. Les es muy divertido repetir todo el rato la misma sílaba y experimentar con sus sonidos.

¡Y en estas estamos! Ayer por primera vez, Paula parecía muy concentrada colocando su boquita como una "viejita", con los labios hacia dentro, y de repente comenzó a repetir sin cesar: "pa pa pa pa pa...".  

Claro, al Papá casi le dá algo, y por qué no decirlo, a la mamá también! Parecíamos dos tontos delante de ella, imitando su boquita y sus sílabas, besándola y señalando a su papi y diciéndole que aquí estaba él, dispuesto a venir desde cualquier parte del mundo en la que se encuentre, en respuesta a esas maravillosas palabras!



Y a partir de ahí, a ella le hacía gracia que repitiésemos con ella sin cesar el pa, pa, pa, pa y cada vez que se lo decíamos, colocaba su boquita, y ¡a decir papá como si no hubiese un mañana... ja ja ja!

El lenguaje se aprende por imitación. Por eso, es muy importante que estimulemos al bebé, hablar con ellos, de forma suave, pausada y con calma. Según vayamos repitiéndole palabras y señalando o indicando con nuestros actos a lo que se refieren, ellos lo irán relacionando. Es como un juego para ellos, y también para nosotros, y una etapa muy bonita que hay que disfrutar al máximo!



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