lunes, 23 de julio de 2012

Extraños entrometidos...

Nunca me ha interesado demasiado saber la opinión del resto de la gente sobre el vínculo o relación que tengo con mi hija desde que nació, pero esto da igual. Sí, sí... da igual porque la gente, independientemente de que tú lo quieras saber o no, te ofrecen su opinión desinteresadamente. Incluso a veces de la manera más entrometida.

Ayer salimos a dar un paseo por la mañana y a comprar unas verduritas que nos faltaban para preparar la comida de Paula. Y nada más entrar a la tienda, la buena mujer, que no dudo yo de que lo sea... se acercó a  mi gordita, empezó a decirle cositas (cosa que no me importa en absoluto y hasta he de decir que me gusta, porque me encanta que hable y se relacione con otras personas, y por qué no admitirlo, que le digan cosas bonitas...), y a su vez, ni corta ni perezosa, ¡le quita el chupete sin ningún permiso!, le empieza a acariciar su carita y a acercarse más de lo que Paula debió considerar una distancia prudencial para un extraño, porque enseguida empezó a hacer pucheros y a llorar desconsolada.


Y eso que tengo que decir que lleva mucho mejor desde hace tiempo el contacto con extraños y con gente ajena a la familia... Incluso suele echarles una gran risotada y un manotazo en las gafas (si es que las llevan) en señal de amistad cuando le saludan amigablemente.

Pero no se quedó ahí la cosa, porque en ese momento entró a la tienda otra mamá con un nene de la misma edad que Paula (su mami me lo dijo), y la señora tendera, se lanzó a cogerle en brazos diciéndole a Paula que ese niño si que no extrañaba a nadie y que ella estaba muy enmadrada...


En fin, creo que estos acontecimientos no dejan de ser el resultado, de nuevo, de la poca empatía que los adultos tienen con los niños en general. Y también de pensar, que como es un niño pequeño y no puede hablar ni explicarse, ¡pues todo vale!.

Pero es que, ¿a alguien se le ocurriría cruzarse con alguien dando un paseo por el parque y así porque sí, quitarle por ejemplo la gorra que lleve puesta al mismo tiempo que le pasamos la mano por la cabeza y le damos las buenas tardes?. Y todo esto aderezado con un buen volumen de voz, para que nos oiga bien...

Si es un adulto hecho y derecho, por supuesto que no... Pero si es un bebé, ¿a qué no parece una escena tan extraña?.

Los niños pequeños y en especial los bebés, también tienen su propio criterio sobre las personas, y puede no gustarles las mismas cosas que no nos gustan a nosotros los adultos. Yo hasta diría que debemos tener especial cuidado con ellos en no entrometernos demasiado en su espacio, si él o ella no dan señales de permitírnoslo.

Al fin y al cabo, ellos todavía no entienden si nos acercamos a ellos con buenas intenciones o no. Y deben ser precavidos para intentar mantenerse a salvo de cualquier peligro!

¡Y SÍ!, ellos pueden percibir como un gran peligro el acercamiento repentino de alguien a quien no conocen de nada que les habla muy alto, y que se atreve incluso a arrancarles su chupete, ¡por favor!.

Recordemos de nuevo la escena del paseo por el parque y el desconocido que se acerca y nos quita la gorra o un libro que estemos leyendo... ¡Pero bueno! ¿Qué se cree este buen señor?...

Insisto en que me encanta que Paula tenga contacto con la gente. Pero cómo no iba a gustarme... si a mi me encanta estar con gente, quedar con amigos y familia, asistir a eventos... Pero hay que dar tiempo al tiempo.

Una vez más y como en muchas otras facetas, respetar sus ritmos.

4 comentarios:

  1. Nunca nunca va a faltar esa clase de gente. Los que vienen a tocarle las manitas o la cara al bebé, que me parece horrible e imprudente y los que opinan, bueno, esos son los que más sobran.. y bien ignorante que es la sra si no sabe que esa conducta es totalmente normal en un bebé...

    Estoy contigo, yo ni siquiera la obligo a que le de besos o abrazos a la familia o amigos si ella no quiere!

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    1. Hola Vero!

      Me parece muy bien que no le obligues a que de besos ni a la familia ni a amigos. Yo haré lo mismo. Hay que tener mucho cuidado con esas cosas. Debemos respetarles y dejarles evolucionar a su ritmo en las relaciones sociales. Presionar a alguien, sea niño o adulto, para que se acerque a otras personas tanto física como psicológicamente, me parece una aberración.

      El otro día leí algo super interesante sobre la prevención del abuso sexual en los niños, y tocaban este tema... No se debe transmitir la sensación a los niños de que no son dueños de su cuerpo y sus actos en relación a otras personas, incluso en algo tan inocente como un beso o una caricia.

      Gracias por tu comentario y un abrazo!

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  2. Jejeje que problema con la gente vale!, yo también les pongo mucho ese ejemplo de que si no te gusta que te lo hagan a ti, pues porqué hacerle algo a un bebé.
    A mi en estos días en el parque se lo llevaron por delante en los columpios, el mio tiene 22 meses y quien se lo llevó por delante 7 años y la respuesta fué que el niño mio lloraba porque no estaba acostumbrado y pues tienen razón mi hijo no anda acostumbrado a que se lo lleven por delante y lo peguen contra el piso del golpe jejeje. Porque si me llevó por delante a mi pues es un niño pero en lo que se llevó por delante al bebé pues también es culpa del bebé, como dijo esa señora, es que está muy enmadrada... Ojalá la gente aprendiera a respetar a los bebés.
    Saludos

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    1. Yo confío en que algún día las cosas cambien y tengamos un poco más de empatía con los más pequeños...

      Aunque hay días en que me asalta el pesimismo por lo que veo a mi alrededor y creo que somos tres o cuatro los que pensamos así..., los que respetamos a los niños igual que a los adultos.

      Gracias por tu comentario!
      Un abrazo,

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