miércoles, 25 de abril de 2012

Los primeros días de Paula

Paula midió 45 cm. al nacer y pesó 2.410 kg. Y a pesar de ser lo que los médicos llaman un "bajo peso" y nacer tres semanas antes, no tuvo que estar en incubadora porque estaba sana como una manzana.

Sin subir todavía a la habitación Paulita ya estaba enganchada a su teta; y ese fue el principio de una lactancia feliz y exitosa en todos los sentidos. A las dos nos encanta! Es como si de alguna manera el pecho fuese la continuación del embarazo y lo que permite que se siga alimentando de mi.

Cuando subimos a la habitación allí nos estaba esperando la family, y eso que debían ser algo así como las 3 ó 4 de la madrugada! Que emoción! Paula les recibió con sus ojazos abiertos a más no poder y con cara seria y el ceño fruncido! (como decía mi madre), qué rica! seguro que estaba pensando... "pero porque me cogen y me separan de mi mami y de su teta!!

Perdió 200 gramos en los primeros tres días, pero enseguida empezó a subir de nuevo. Madre mía!, mi ratoncita... Era tan pequeñita...


En el hospi tengo que decir que todo fueron buenas atenciones, cariño y un trato profesional inmejorable. (Exceptuaría a la pediatra que la visitó los dos últimos días que  aunque no dudo de su profesionalidad, sí que se aleja bastante de lo que en ese hospital es la norma en cuanto al trato con el paciente).

Puede parecer algo raro, pero yo estaba encantada! Mi pequeña y yo, atendidas en todo momento, mi peke (Ricky) con nosotras las 24 horas, la familia y los amigos no paraban de venir a vernos, y los que no podían venir no paraban de llamar, traían cositas a Paulita, y a mi bocadillos de jamón y lomo!! mmm... que buenos!! Vamos, que yo estaba encantada, de verdad. Eso sí, si no fuera por los dolores tan horrorosos que tienes a todas horas y que no se pasan por muchos calmantes que te den y te inyecten! Lo de la episiotomía y los puntos es una de las peores cosas por las que he pasado...

En resumen, no sé si son las hormonas, el cariño de todo el mundo o tener en tus brazos a la cosita más linda de este mundo (y digo literalmente en brazos porque creo que no la solté en todos los días que estuve en el hospi, excepto cuando la cogían los demás, o su papi, o se la llevaban para alguna prueba), pero yo estaba feliz, pletórica, emocionada y con las lágrimas a flor de piel todo el tiempo.


Y desde los primeros días empecé a sentir que no podía separarme de ti, y que hasta cuando te llevaban 5 minutos a hacerte las dichosas pruebas, me quedaba aguantando las lágrimas (o a veces sin aguantarlas) hasta que volvías.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

ESTO