jueves, 28 de noviembre de 2013

Un manto blanco

Hoy nos hemos despertado rodeados de nieve. Nosotros no, of course, la calle...




Estaba todo precioso. Paula nunca había visto y tocado la nieve antes. Y no es que hoy la haya tocado mucho, porque los primeros contactos no han sido muy amistosos. Estaba muy emocionada viéndolo todo cubierto con esa capa blanca, pero ya tocarlo era otra cuestión... Las novedades a mi peque poco a poco... Ella investiga a su ritmo y despacito, va cogiendo confianza con lo desconocido lentamente y con precaución, como le pasó en la playa :-). Papá le ha puesto una bola de nieve en la cabeza de su muñeca y casi le da algo... ¡No, no, noooo!, decía; pero eso sí, tampoco se la quitaba, ja ja ja!. Papá y yo nos tirábamos bolas de nieve disfrutando como dos auténticos niños (como dos niños que no sean Paula ;-)... Era una nieve de la que me gusta, de la que no se ha hecho hielo y está blandita y manejable. Una pena que haya sido un día laborable y la diversión haya durado poco.

El camino al trabajo ha sido mucho más ameno y gratificante. Estaba todo el campo con su manto blanco y de fondo las montañas blanquitas.



Soy un alma caliente y que revive con el sol, pero es imposible no disfrutar con la estampa de hoy, todo lleno de nieve... Te llena de paz y emoción.

Definitivamente ¡ya es Navidad!.



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