viernes, 4 de octubre de 2013

Por favor y Gracias

Hace no mucho, me llegó a través de facebook un escrito sobre lo mal educados que están en la actualidad nuestros niños. También decía algo así como que los que tenemos de 30 para arriba, somos la generación del "por favor" y el "gracias", que somos muy educados y que eso ahora al parecer ya no existe...

Mención aparte merece otra imagen que también me llegó por facebook (recordemos siempre que las redes sociales difunden todo, lo bueno, lo malo y lo regular) en la que aparecen dos fotografías, y dice así: "con más de esto...": Y un adulto sentado con un niño sobre sus rodillas al que está dando unos azotes, "habría menos de esto": y debajo una foto de una panda de chavales con aspecto así como un poco macarrilla.

Lamentable, la verdad. Pero más lamentable aún que tuviese algo así como sopotecientosmil "me gustas"... ¿De verdad tanta gente piensa eso...?. Me cuesta tanto creerlo.

Yo con estas cosas, la verdad es que alucino un poco y me enciendo más todavía. Entre otras cosas, porque asisto cada día, y cuando digo cada día, no estoy exagerando, es que asisto cada día, unas cuantas veces, a escenas en las que se falta el respeto descaradamente a los niños con gritos, insultos, amenazas, chantajes y hasta collejas u otras cosas peores. El otro día sin ir más lejos, en la sala de espera del médico (otorrino), una niña de unos 4 años, lloraba porque tenía que entrar a realizarse no sé qué prueba en la que le tenían que meter una sondita por la nariz. Yo sólo de pensarlo me pongo amarilla, pero como soy una adulta hecha y derecha, que no muy valiente pero sí con la mínima capacidad de razonar que algunas de las perrerías que me han de hacer pueden ser por mi bien, entonces aguanto mi miedo y lágrimas en ocasiones; pero esta pobre niña, estaba siendo víctima de toda serie de amenazas, chantajes y hasta insultos, por no querer entrar voluntariamente y airosa ella, a que un extraño le metiese un aparato por la nariz. ¿Pero cómo se puede tener tan poca empatía ¡por el amor de dos!?.¿Es que ninguno de los tres adultos que acompañaban a la pequeña, es capaz  de ponerse por un segundo en su lugar, y sentir el miedo y el rechazo que le puede causar semejante situación...?.

Como decía, a diario (insisto, sí, a diario) veo todo tipo de faltas de respeto en cualquier parte y a todas horas. ¿Acaso a los niños se les pide que hagan las cosas por favor, y después se les da las gracias?. Esto debería ser un verdadero motivo de reflexión para muchos.

Yo creo que no, y lo que observo me da la razón. Yo creo que la mayoría de las veces y la mayoría de los adultos, ordenan cosas a los niños, sin ningún por favor y sin ningún gracias si es que obedecen y lo hacen. Y yo me pregunto, ¿por qué queremos niños obedientes?, ¿por qué la obediencia y sumisión está considerada, de manera casi universal, una virtud entre los niños?. ¿De verdad en el futuro será una caracterítica que nos gustará que tengan nuestros hijos en el trabajo, con los amigos, con la pareja...?. ¿Por qué entonces queremos que lo aprendan desde pequeños?. No lo entiendo. Supongo que las razones apuntan a que es más fácil tener a una persona a tu cuidado que te obedece sin rechistar ni cuestionar órdenes; que enseñar a una persona a razonar y a pensar por sí mismo qué es lo mejor o peor en cada momento, a tomar decisiones, a colaborar en el bienestar familiar, a cuidar de sí mismo, a respetarse y respetar a los demás.


Lo de la obediencia da para mucho, y merece ser tratado en otro momento. Yo, por mi parte, lo digo bien alto e incluso aquí lo dejo por escrito, NO QUIERO QUE MI HIJA SEA OBEDIENTE. Ni conmigo, ni por supuesto con nadie. Las órdenes vamos a dejarlas para el ejército, que allí parece que les gustan más. Mejor, hija mía, desde aquí te digo, puedes tener siempre plena confianza en mí. Yo intentaré velar por tu bienestar mientras pueda. Pero sobre todo, ten confianza en ti misma, puedes llegar a lograr todo lo que te propongas. Cuenta conmigo y con papá para lo que quieras, y si decides hacernos caso en lo que te aconsejemos o propongamos, que sea convencida de que lo que haces es lo mejor, nosotros intentaremos no darte órdenes, y espero que las únicas normas y leyes que rijan tu vida sean siempre el respeto, por ti y por los que te rodean. Así estás siendo educada y así espero que siga siendo.

Es muy difícil, se podría pensar, según desde el prisma que se mire. Debería ser bastante sencillo si nos esforzamos un poco más en conocer las necesidades físicas y emocionales del que tenemos enfrente. Y no sólo sus necesidades, sino también sus capacidades, que a veces es incluso más importante. Si logramos observar y conocer eso, resultará tarea sencilla. Sin ir más lejos, en el ejemplo de la niña en el médico, ¿de verdad alguien puede creer que un niño con 4 años puede ser capaz de entender y razonar que a pesar del miedo y reparo que dá, el que un extraño te meta algo por la nariz, quizá sea mejor que lo haga para saber lo que nos pasa y poder curarnos si hay algo que no funciona bien en nuestras narices?. Desde luego, el que piense que sí, no se ha parado mucho a reflexionar o investigar sobre lo que piensa y siente un niño.

Evidentemente y por desgracia, hay cosas que tienen que hacer sí o sí, no siempre por su propia voluntad. Y cosas que no podrán hacer, aunque su voluntad así lo desee. Su integridad física, la de los que le rodeen, y emocional por encima de todo. Hay mil maneras de hacerlo y de canalizar emociones, cada cual que elija las suyas.

Sólo creo, que si respetamos, obtendremos lo mismo, que si educamos con amor, aprenderán a darlo. Los padres, la familia y educadores somos sus primeros ejemplos.
Así que si queremos que las palabras "por favor" y "gracias" estén entre su vocabulario habitual, empleémoslas habitualmente con ellos. Si queremos que hagan algo, pidámoslo por favor, y si no quiere, no le apetece o no puede hacerlo en ese momento, respetémoslo y si da la casualidad que lo hace: "muchas gracias".


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