martes, 1 de mayo de 2012

...De cómo los cólicos no existieron en mi bebé...

Paula casi no ha llorado desde que nació. En serio. Ni siquiera al despertarse por la noche para pedir su ración de pecho. Se limita a hacer algunos ruiditos y movimientos (que me hacen saltar en el segundo 1) y ahora que somos expertas, podemos hacer la toma casi sin despertarnos.

Durante el embarazo te vas preparando para largas noches sin dormir, con el bebé en brazos intentando calmarle, y los vecinos al borde del suicidio. Pero en nuestro caso no ha sido así. ¿Suerte?... Supongo que sí.

El caso es que leyendo libros como "La Crianza Feliz" o "Un regalo para toda la vida", de Rosa Jové y Carlos González respectivamente, he conocido otra teoría algo distinta a lo que casi siempre nos han contado sobre los cólicos del lactante; y que cuando lo leí pensé: "Pues va a ser que esta teoría es cierta... y por eso mi niña nunca ha tenido cólicos".

Lo que nos vienen a contar en ambos casos, y resumiendo mucho (recomiendo ambos libros a todas las mamás del mundo), es que los llamados cólicos no son otra cosa que un bebé estresado. Cuando nace, el medio en el que se siente seguro y en el que tiene todo lo que necesita son los brazos de su mami. Pero en la cultura occidental nos hemos empeñado (o se han empeñado en hacernos creer que es lo mejor) en poner a los bebés en cunas, cochecitos, hamaquitas o en cualquier sitio menos en brazos, porque parece que nos cueste horrores aceptar que los niños necesitan el contacto físico, las caricias y en definitiva a su madre. Esto les causa mucho estrés, que van acumulando durante el día, y por la noche ya no pueden más y es cuando llega el llanto desconsolado y los llamados cólicos. El estrés les causa, al igual que en los adultos, alteraciones del aparato digestivo como pueden ser dolores estomacales, gases, acidez... Y se inicia el círculo vicioso; cuanto más lloran, más dolor, y cuanto más dolor más lloran. De hecho, en otras culturas con costumbres muy diferentes a la occidental, los cólicos del lactante no existen.

Por lo tanto, el cólico no sería la causa de que el niño llore, si no la consecuencia de que lo haga.

Yo siempre he cogido mucho a Paula desde que nació, o para ser más exactos, la he soltado muy pocas veces, je je je; no porque lo hubiese leído en los libros, si no porque me encanta tenerla en mis brazos. La mayoría de las veces se quedaba dormida después de tomar el pecho, y yo la dejaba ahí, muchas veces hasta la siguiente toma. Familia, amigos y casi todas las personas que han venido a visitarnos no han perdido la oportunidad de decirme que la estaba acostumbrando mal, y que era peor para ella. Yo siempre pensaba que los que estaban equivocados eran ellos, y que con la cara de felicidad que tenía mi princesa, eso no podía ser tan malo. Ahora sé y estoy convencida, que hago bien, que a las dos nos gusta, que no hacemos daño a nadie con ello y que nos va de maravilla así.

No sé si esta teoría que os he contado es cierta, y no sé si haber cogido tanto en brazos a Paula es el motivo de que prácticamente no haya llorado desde que nació, y de que parezca tan feliz. Yo prefiero pensar que sí. Prefiero pensar que gracias a que he hecho lo que me dictaba el corazón he conseguido que parezca siempre tan contenta, sana y tranquila.

Yo, al igual que el Dr. Carlos González, creo que no hay que acostar al bebé enseguida que se queda dormido. Les gusta estar ahí, en los bracitos de mamá, aunque estén dormidos.

A continuación adjunto una tabla que aparece en el libro que os comentaba (Un regalo para toda la vida) por si a alguien le puede ayudar.

Instrucciones para tratar el cólico según Taubman. Pediatrics, 1984;74:998

1. Intente no dejar nunca llorar a su bebé.
2. Para descubrir por qué llora su hijo, tenga en cuenta las siguientes posibilidades:
    a) El bebé tiene hambre y quiere comer. 
    b) El bebé quiere chupar, aunque no tenga hambre. 
    c) El bebé quiere que le tomen en brazos. 
    d) El bebé está aburrido y quiere estimulación. 
    e) El bebé está cansado y quiere dormir.
3. Si sigue llorando durante más de cinco minutos con una respuesta, pruebe con otra.
4. Decida usted misma en qué orden probar las anteriores opciones.
5. No tenga miedo de sobrealimentar a su hijo. Eso no va a ocurrir.
6. No tenga miedo de malcriar a su hijo. Eso tampoco va a ocurrir.

Yo nunca he dejado llorar a mi bebé y me alegro por ello, le he puesto al pecho siempre que ha dicho "ah" por si tenía hambre o por si no la tenía pero quería pecho, le he cantado, mecido, besado y todo esto me ha funcionado. La fotografía no deja lugar a dudas ¿verdad?.


2 comentarios:

  1. Los cólico del lactante son la pesadilla de todos los padres! Si tu hija está a gusto todo el día encima y tu también es perfecto, se la ve muy felíz en la foto!

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    1. Hola Miriam! Bienvenida! Gracias por tu opinión.

      La verdad es que sí que los cólicos (actualmente llamados "llanto inconsolable del bebé) pueden ser la pesadilla de muchos papás. Por suerte no lo sé por experiencia, pero sí por casos muy cercanos.

      La verdad es que sí que estamos a gustito las dos cuando la tengo encima. Aunque ahora que va haciéndose mayorcita, ella solita va pidiendo irse con papá o a jugar en el sofá,... Y sigue igual de feliz!

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