viernes, 27 de septiembre de 2013

Dos años por aquí...

Dos años ya por aquí, y si tuviese que destacar algo en una sóla palabra, sería sin duda "aprendizaje". Me encanta escribir, siempre me ha gustado y encontré en el blog una forma de hacerlo cómoda y bonita, compartiendo, y a su vez sin obligaciones ni quimeras. Pero lo que al principio era simplemente eso y nada más, me fue uniendo a otros espacios, de un sitio fuí saltando a otro, y de unos conociendo otros. Y en cada uno de los rincones que a diario visito, encuentro información valiosa, sentimientos a flor de piel, relatos sinceros, con mucha gracia a veces y descorazonados en otras ocasiones, recomendaciones de libros, páginas web, talleres, eventos... y así podría seguir hasta cansarme.

Tanto es así que se han invertido los tiempos. Ahora leo más que escribo. Hay días que entro al blog para escribir, pero me enredo visitando las actualizaciones, y como digo voy saltando de un sitio a otro, me engancho literalmente, hasta que me doy cuenta de que se me ha escapado el tiempo de las manos, y que le estoy robando demasiados minutos a las pocas horas de sueño que tengo, por lo que escribir queda relegado y postergado para otro día con más tiempo, otro día y más tiempo que muchas veces no llegan. A veces las ideas se agolpan, las ganas también, pero el día no se estira más.

He aprendido tanto... Y una de las cosas más valiosas que he aprendido es a contrastar. A saber diferenciar una informaión veraz y con argumentos, de una basada sólo en la charlatanería de algun@s. A no pararme en las primeras ramas, a no quedarme con lo primero que lees, con lo primero que cualquiera que se autoasigna méritos te diga. Es algo que siempre me pareció importante y que ya tenía muy presente desde mis tiempos de estudiante, pero desde que empecé con este blog y conocí otros tantos me parece fundamental, y con la práctica, la verdad ¡me he vuelto una experta!. ¡Vamos, que no me la dan con queso! ;-). Siempre tuve claras ciertas cosas, pero es que ahora están cristalinas.

Busco, busco y busco sobre lo que me interesa y me inquieta (que por cierto son mil millones de cosas... uffff es muy cansado...), leo, leo y leo, comparo y me intereso. Y encuentro mil sitios con cosas verdaderamente apasionantes.

Y como el que no quiere la cosa, la razón de todo esto, que no es otra que la pequeña Paula, crece y crece como nuestro blog, como los demás blog que leemos, a un ritmo vertiginoso y sin pausa. Estamos en una etapa de grandes cambios, de ir muy deprisa, cada día una palabra nueva (cuando no dos o tres), cada día un descubrimiento, un avance más en su autonomía, en sus relaciones, y cada día más y más amor. Nos da unos besos que nos hacen derretir, nos dice unas cositas con su media lengua de trapo que nos derrite aún más si se puede, y en definitiva hace que nuestros días estén llenos de pura felicidad.

Dos años en definitiva con un balance más que positivo y que me han aportado muchas cosas. Hay personas que no conozco ni me conocen, que están detrás de esta pantalla algunas incluso a las que no pongo aún cara, y con las que siento una conexión increíble, bastante más que con algunas de las personas con las que convivo a diario y con las que comparto gran parte del día. Pasan algunos días, de repente una publicación, entro y leo, y se dibuja en mi cara una gran sonrisa, a veces lágrimas, a veces enfado o indignación, todo por unas palabras que alguien, en algún lugar de este país, o de otro, ha dejado correr y ha compartido. Eso, sin duda, no tiene precio.

Por todo esto y mucho más, deseo que vengan muuuuuuchos años más aprendiendo y compartiendo.


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