lunes, 21 de enero de 2013

Tan sólo 24 horas...

Tan sólo 24 horas tienen mis días y sinceramente, no me alcanzan para todo lo que tengo que hacer...

Y digo "lo que tengo que hacer", porque no lo hago..., porque quiero pero acabo por no hacerlo...

El blog me reclama, me reclamo yo misma a través de él, y no veo el segundo adecuado para sentarme a escribir. Y es que ha llegado un momento, después de más de un año de su inauguración, que se ha convertido en una necesidad para mi. Siempre me gustó mucho escribir, pero en este espacio he encontrado el modo y la mejor vía de hacerlo de manera bonita, original y compartiendo.

Compartiendo con otros blogs amigos, y con gente anónima que a pesar de ello te hacen llegar todo el cariño, a través de sus frases o sólo de su visita. Cuando me siento a leer y escribir, es como si me metiese dentro de una pequeña habitación, que queda con la puerta abierta para dejar pasar a todo el que se asoma y le gusta lo que hay dentro.

Siento paz, mucho amor y satisfacción al sentarme en esta habitación a contar y expresar todo lo que aquí está quedando plasmado. Es una habitación cálida, azul, y decorada con todo lo que más me gusta del mundo. No son objetos, son personas, son historias, palabras que a veces rebusco en lo más hondo de mí, pero que otras veces salen solas y casi sin pedir permiso. Me siento relajada y plena. Me siento mejor y quiero que esta o estas historias sigan contándose.

Ahora que desde el día de Reyes, el blog se me hizo palpable a través del regalo del Papá Burbujita, lo siento más real que nunca y siento un orgullo especial al verlo convertido en libro, que enseñaremos a Paula en cuanto tenga ganas de verlo. Ella al fin y al cabo, es el impulso y la fuerza de todo esto.

Lloré como una magdalena cuando lo tuve en mis manos. Fue muy bonito. Lo leía como si lo hubiese escrito otro, y me emocionaba con cada palabra como si no las hubiese leído antes. Lloré sobre todo con esa dedicatoria que Papá Burbujita, como editor del libro nos regalaba en la primera hoja a la Mamá y a la pequeña Burbujita...

"Me gusta pensar que éste, que es hoy tu regalo, será en un día no tan lejano un regalo para Paula. Ansioso, espero escuchar a nuestra pequeña decir... Mami, cuéntame un cuento".

Tengo más ganas que nunca de escribir, tengo más ideas que nunca, más entradas en la cabeza, más risas, penurias, ideas, artículos que compartir, que nunca.... Pero tengo MENOS TIEMPO que nunca antes...

Paula está en un momento precioso. Cualquiera que ya haya  pasado por esto sabe que es verdad, y que no estoy cegada por el amor materno que ve en cada etapa, la más bonita y maravillosa de todas las etapas que vivirá su retoño. Ahora cada día me descubre y se descubre algo nuevo, y es literal, porque llevamos unas semanas que el papi y yo nos miramos ante cada cosa, diciéndonos "pero tú la habías visto hacer esto antes???"...

No puedo ni quiero perderme ni un segundo de sus días. Ya me pierdo bastantes mientras trabajo... Y cuando llegamos a casa, se nos van las pocas horas entre tetas, canciones, juegos, baños y correteos por el salón, (de mamá encorvada con la pequeña intentando dar sus primeros pasos con más pena que gloria y algún que otro coscorrón que ya ha caído...).

No lo voy a negar. Es agotador. Maravilloso, pero agotador. Empieza a reivindicar con fuerza su libertad, su capacidad de hacer todo sola, de arrastrarse sola, de comer sola, de trepar sola, de ¡caer! sola... Y yo intento y casi siempre consigo, no frenar esos pasos, dejar que se sienta autónoma y libre, que investigue y descubra el mundo desde su prisma. Esto deja a la madre asustadiza, primeriza e hiper-protectora que soy, en un lugar que al final del día hay que recoger en pedazos.

Pero sé que todo pasa, que al final logras organizarte de mejor manera, que los primeros pasos se convierten en los segundos, y los segundos en los terceros... y en los enésimos... Y dejas de ver tantos peligros alrededor, y los ratos de juegos los vas solapando con ratos para ti. Y tu bebé se va haciendo más mayor y las necesidades evolucionan y cambian.

Y sobre todo, que nos vamos adaptando a cada etapa, y el tiempo dejará de ser mi enemigo. Estoy segura de ello.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

ESTO